Cuando empezamos a trabajar, somos un poco pipiolos, o por no generalizar, yo sí que lo fui. No sabes muy bien qué hacer y cómo hacer. Tienes dudas sobre muchas cosas, pero no preguntas porque piensas que te van a ver como un novato (que precisamente es lo que eres). No sabes si quedarte más tiempo de tu hora aunque no tengas trabajo, ya que ves la mayoría de la gente se queda.
Yo tuve suerte. En mi primer trabajo, uno de mis compañeros, me ayudó con estas cosas. Había entrado en la empresa cuando tenía 15 años y a falta de unos meses para jubilarse, sabía todo lo que se podía saber sobre su funcionamiento. Estuvo pendiente de mí, me contó "trucos" y "anécdotas", y siempre respondió cualquier pregunta. Me enseñó la ciudad (Bilbao) y sus alrededores, las mejores zonas para vivir, los mejores sitios para salir. Pero lo que más me marcó, de lo que más me acuerdo, fue lo que me dijo cuando acabamos mi primer día de trabajo.
Yo tuve suerte. En mi primer trabajo, uno de mis compañeros, me ayudó con estas cosas. Había entrado en la empresa cuando tenía 15 años y a falta de unos meses para jubilarse, sabía todo lo que se podía saber sobre su funcionamiento. Estuvo pendiente de mí, me contó "trucos" y "anécdotas", y siempre respondió cualquier pregunta. Me enseñó la ciudad (Bilbao) y sus alrededores, las mejores zonas para vivir, los mejores sitios para salir. Pero lo que más me marcó, de lo que más me acuerdo, fue lo que me dijo cuando acabamos mi primer día de trabajo.
"Cuando salgas de la oficina y cierres la puerta, olvídate del trabajo hasta el día siguiente. Si no lo haces, te puedes volver loco, y en esta empresa a los locos los echan"Tenía toda la razón. Y eso que no era ningún gurú. Desde entonces, intento aplicarlo en mi vida. Es tan importante el tiempo que dedicas a tu trabajo, como el tiempo que estas descansando, o que estas con tu familia, o el tiempo que dedicas a dar paseos, o a hacer surf, o a cocinar, o....a lo que te dé la gana!!!